¿Creación o Evolución?

"Afirmamos la inspiración divina, veracidad y autoridad de las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento en su totalidad, como única Palabra escrita de Dios, sin error en todas sus afirmaciones, y única regla infalible de fe y práctica"

Pacto de Lausana, Julio de 1974

¿Es posible mantener hoy esta postura ante las embestidas que sufre la Biblia de parte de quienes dicen hablar en nombre de la ciencia ? Se nos dice que la Biblia tiene como fin revelar la Historia de la Salvación, y que no es un tratado de ciencia (astronomía, geología, biología, etc.). Esto es cierto, indudablemente. Sin embargo, surge una inquietante pregunta : cuando la Biblia realiza una serie de afirmaciones que tienen que ver con áreas de la ciencia, ¿sigue siendo fiable o hay que separar la fe de los hechos, como pretenden algunos ?
Si la Biblia no es fiable en aquello que podemos constatar, esto es, el mundo físico, ¿cómo podremos fiarnos de aquello que enseña sobre el mundo espiritual ? La Biblia pretende ser cierta en todos sus extremos. Así, conviene señalar que cada vez que el Nuevo Testamento se refiere a la primera parte de Génesis (especialmente los "conflictivos" once primeros capítulos), supone (y muchas veces afirma) que Génesis es historia, y que debe entenderse como tal, con el uso normal de las palabras y la sintaxis (Mateo 19, 4,5 ; Lucas 3, 38 ; Romanos 5, 12 ; 1ª Corintios 6, 16 ; 11, 8, 9, 12 ; 15, 21, 22, 45 ; 2ª Corintios 11, 3 ; Efesios 5, 31 ; 1ª Timoteo 2, 13, 14 ; 1ª Juan 3, 12).
Ahora bien, que la Biblia sea fiable no quiere decir que describa la realidad en los mismos términos en que lo haría un científico del siglo XX. Hay que entender lo que es la Biblia : un libro de literatura antigua que aparece en una cultura semítica, escrito en hebreo, arameo y griego. Por lo tanto, no podemos acercarnos al texto bíblico con la perspectiva moderna, sino a través de su propio contexto histórico, cultural, social, lingüístico, etc.
Cuando aparecen supuestas contradicciones entre la Biblia y la ciencia, tenemos que mirar más allá de la superficie y preguntarnos : ¿se trata de una contradicción entre hechos concretos o entre diferentes interpretaciones a partir de unos mismos hechos ?
Esto último es lo que ocurre con la conocida controversia creación/evolución. El tema se plantea a menudo de forma equivocada como la lucha entre la ciencia moderna y una fe arcaica. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta. Se trata de un pulso entre dos concepciones o ideologías filosófico-religiosas del mundo.
La creencia (y de creencias se trata) en la creación o en la evolución se plantea desde los primeros tiempos de la historia. En realidad no existe conflicto entre los datos, sino entre las diferentes interpretaciones que se dan sobre unos mismos datos. Se trata de dos cosmovisiones distintas, ambas igualmente religiosas, que sirven para establecer modelos. A partir de estos modelos teóricos se realizan una serie de predicciones y se interpretan los hechos observables. No hay desacuerdo en absoluto acerca de los hechos (como no podría ser de otra manera), sino en su explicación y en la extrapolación que se realiza basándose en ellos. Esto queda ilustrado en el siguiente diagrama :

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Por tanto, la controversia aparece motivada por la filosofía que hay detrás de la ciencia, y no por la ciencia en sí. Una filosofía que se opone frontalmente a los planteamientos que hace la Biblia. Esto ocurre como consecuencia directa del positivismo, que es una corriente filosófica del siglo XIX en la que la ciencia se contempla como una superación de otras explicaciones metafísicas y religiosas, consideradas como vestigios de un estado más primitivo en el desarrollo humano. De este modo, la ciencia se convierte en una "vaca sagrada" que da lugar, paradójicamente, a una nueva religión : el cientificismo.
Hay que huir de los tópicos que se suelen manejar para hablar de la relación entre Biblia y ciencia, y, en concreto, cuando se habla del falso mito según el cual la evolución ha demostrado que la historia bíblica de la creación es falsa.
La evolución sigue siendo una hipótesis de trabajo que se utiliza para interpretar y sistematizar los distintos descubrimientos científicos, pero que por su propia naturaleza resulta indemostrable (ya que sus postulados no pueden ser estudiados y verificados por el hombre. No son posibles la experimentación ni la falsación, elementos básicos para que pueda hablarse de una ciencia empírica). Lo mismo ocurre con la creación. Así pues, se trata de un asunto de fe.
De todo esto debemos extraer importantes enseñanzas : resulta peligroso y poco recomendable pretender armonizar el relato bíblico con las teorías científicas imperantes en un momento histórico determinado. La naturaleza (como revelación general) nunca puede contradecir a la Biblia (revelación especial), porque ambas proceden de un mismo Dios. La ciencia en sí no es anticristiana ; lo anticristiano es la filosofía y los prejuicios de algunas personas que intentan utilizar la ciencia como tapadera y justificación de su incredulidad. Debemos ser conscientes de estas maquinaciones y llamar a cada cosa por su nombre.
El tema de los orígenes tiene una gran importancia, que haremos bien en valorar, debido a las consecuencias prácticas que conlleva. No se trata de un tema teórico o académico, sino de una decisión que afecta nuestra manera de vivir. Lo que creamos acerca de los orígenes de la vida y del hombre va a afectar directamente nuestro comportamiento presente. Si creemos que no somos más que animales, nos comportaremos como tales. Por el contrario, si creemos que hemos sido creados por un Creador personal, asumiremos nuestras responsabilidades para con él.

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Es evidente, pues, que según la elección que uno tome, su comportamiento se verá influido de manera visible.


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Para que nuestra vida sea una vida feliz y con propósito, una vida digna y valiosa, debemos basar nuestra concepción del hombre en una sólida antropología bíblica. Los hombres hemos sido creados por Dios y tenemos que rendirle cuentas a él. Nuestra vida es una vida de dependencia, y sólo en Dios cobra su auténtico sentido y valor. Si procedemos de un Creador, sus valores deben ser los nuestros, para que así nuestra vida alcance la plenitud a la que está llamada.


PARA SABER MÁS:
Si después de leer esta exposición general, necesariamente sucinta y de carácter introductorio, desea descubrir las razones científicas, metodológicas, filosóficas y teológicas que se esgrimen a favor de la postura creacionista, encontrará una auténtica mina de información en:
SEDIN
Todos aquellos que sepan leer inglés pueden consultar con provecho las siguientes direcciones:
Answers in Genesis
Biblical Creation Society
Creation Research Society
Creation Science Fellowship
Institute for Creation Research