Los cristianos
evangélicos
Seguro que usted ha oído hablar de los
cristianos evangélicos, probablemente bajo el nombre de
"protestantes", "evangelistas" o algo similar. La tremenda
ignorancia de nuestro pueblo en materia religiosa, unida a
los siglos de persecución más o menos abierta y a la
actitud impresentable de los medios de comunicación de
nuestro país, se han encargado de construir toda una
leyenda negra en torno a nosotros.
El mejor remedio para combatir la
ignorancia y los prejuicios es la información de primera
mano. Así que si usted ya conoce personalmente a algún
cristiano evangélico, seguramente sabrá que no somos como
le habían contado. En cualquier caso, permítame que le
resuma en dos palabras cuáles son nuestras señas de
identidad.
Somos cristianos porque creemos que
Jesucristo es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo, y
porque intentamos que nuestra vida se parezca a la suya y
se ajuste a sus enseñanzas. También somos evangélicos,
porque en los Evangelios, y en la Biblia en su conjunto,
hallamos la única regla de fe y conducta para nuestra vida.
Fuera de la Biblia no reconocemos ninguna autoridad
religiosa. Y no hay más. Todo lo demás es
accesorio.
La máxima de la Reforma Protestante del
siglo XVI, "Sola gracia, sola fe, sola Escritura", ha
demostrado ser el germen de una de las revoluciones más
significativas que ha conocido la humanidad en toda su
historia. Pero la historia no arranca en el siglo XVI.
Desde el comienzo de nuestra era hubo hombres y mujeres que
vivieron siguiendo las enseñanzas de Jesucristo. Si bien el
grueso de quienes se llamaron cristianos se fue desviando
sustancialmente de sus humildes orígenes, no faltaron las
voces de aquellos que se alzaron en contra de todos los
desmanes y lucharon por devolver la pureza original a la
iglesia cristiana. Esto desembocó, finalmente, en la
Reforma del siglo XVI, y ha continuado con la permanente
reforma de la Reforma, hasta nuestros
días.
Hoy existen muchas iglesias evangélicas
en todo el mundo. Todos ellas tienen sus peculiaridades, e
incluso nombres distintos, pero están unidas por una fe y
una práctica que, en lo sustancial, es común a todas. Esta
diversidad, lejos de representar un impedimento, es una
demostración de los aires de libertad, democracia
participativa y tolerancia que supuso este movimiento
religioso.
Jesús dijo : "Por sus frutos los
conoceréis" (Mateo 7, 16a). Los países que han sido
influenciados mayoritariamente por los principios
evangélicos son los más avanzados y prósperos del
mundo.
Los cristianos evangélicos españoles no
somos ninguna planta exótica que haya sido importada del
extranjero, ni tampoco una secta reciente con oscuros
intereses. Estamos aquí desde hace tanto tiempo, o más, que
otras confesiones religiosas, incluyendo la iglesia
católica. No nos mueve otro interés que el de compartir
nuestra fe y nuestra vida con los demás. Tanto en tiempos
de persecución y discriminación como en los momentos
actuales, en los que la indiferencia y la desinformación se
han convertido en las modernas formas de persecución,
estamos aquí para seguir con nuestra tarea de ayuda, de
testimonio y de denuncia.
PARA SABER
MÁS:
Alianza Evangélica
Española
Centro de Estudios de la
Reforma
Iglesia Evangélica Bautista de
Sevilla
Imagen y Comunicación protestante de
España
Unión Evangélica Bautista
Española
Web Cristiana
Evangélica