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Una de sectas

Ayer por la noche hice un gran esfuerzo por mantenerme despierto y ver la emisión del programa Diario de... en Telecinco. Se titulaba "El negocio de la fe", y estuvo dedicado a mostrar aspectos poco "edificantes" de la Iglesia Universal del Reino de Dios, o lo que es lo mismo, ¡Pare de Sufrir!.

Debo aclarar que no me gusta en absoluto la periodista Mercedes Milá, y que la captación de imágenes mediante el método de la cámara oculta y la infiltración de periodistas me parece de muy dudosa ética. Tal como era de esperar, el programa (que vi ayer por primera vez) siguió el habitual estilo sensacionalista y poco riguroso al que nos tienen acostumbrados las televisiones españolas.

Dicho esto, quedaron bastante claros los aspectos sectarios de este grupo neo-pentecostal, que sin duda son preocupantes. Lo malo es que con la falta de rigor y el empleo de un lenguaje religioso más o menos estándar (que comparten muchas iglesias que nada tienen que ver con estas creencias y actitudes), se crea no poca confusión entre una audiencia ya de por sí ignorante y acrítica en materia religiosa.

Llevo mucho tiempo diciendo que si los cristianos evangélicos no somos capaces de desmarcarnos claramente de este tipo de grupos, y no condenamos ciertas prácticas y creencias que nada tienen que ver con el Evangelio, estaremos abocados a ver cómo los medios de comunicación sacan a la luz de manera cíclica estos "trapos sucios". Lo malo es que muchas personas van a tirar tanto la ropa sucia como la ropa limpia, ya que no notarán la diferencia.

Por cierto, ya va siendo hora de que si empleamos etiquetas (cosa que parece imposible evitar), lo hagamos con propiedad. Estos sujetos de ¡Pare de Sufrir! (el nombre ya lo dice todo...) no son evangélicos. Y si alguien cree que sí lo son, entonces yo soy otra cosa.